Vamos a ubicarnos: Ghana, años 80, reinado del vhs... Un generador portátil conectado a un monitor y un reproductor de vídeo hacía posible la existencia de "cines portátiles" que viajaban de pueblo en pueblo con los grandes estrenos norteamericanos y con filmes de producción propia. De cara a su promoción se recurría a artistas locales para pintar carteles alusivos al film, con un amplio margen de libertad creativa (partiendo de la base de que, muchas veces estos artistas ni tan siquiera habían visto la película), dando como resultado una especie de subgénero propio que comenzó a decaer a mediados de los 90, con la proliferación de televisores.
Existe un libro que recopila gran parte de este material llamado Extreme Canvas: Movie Poster Paintings from Ghana
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