Sema Bekirovic sitúa su discurso y su imaginario en el terreno impreciso en que el urbanismo, o la mano del hombre entendida desde la domesticación de la naturaleza confluye con los propios designios azarosos de la misma. El resultado son fotografías y acciones donde lo bello está en la tristeza utópica de esas imágenes en latencia confrontadas al espacio físico real donde se ubican, ya sea a través de vallas publicitarias que prometen relucientes edificios, o de nidos que las aves construyen desde una especia de azar guiado con diferentes objetos con carga simbólica que la artista va disponiendo para ello....
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