Practicante de todo un subgénero por explotar, e cual podríamos denominar "taxidermia creativa", Emily Valentine nos deslumbra con sus perros alados, creando una nueva especie urdida en las cocinas de lo kistsh, que unifica el territorio de lo doméstico (los cachorros presentes en el imaginario colectivo asociados a una idea de "vivienda con perro" y lo exótico tal y como se suele concebir desde esas viviendas, dando lugar a criaturas bellas y grotescas a partes iguales...
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