lunes, 18 de enero de 2010

THOMAS KINKADE: ALMOST HEAVEN






Autodenominado "el pintor de la luz", Thomas kinkade. Factura imágenes anestésicas que hablan de la felicidad desde la perspectiva de un padre de familia católico y patriota, tamizando con la misma luz sedosa y aterciopelada imágenes de paisajes disney, escenas costumbristas del ocio americano de finales del siglo xx, estampas patrióticas e imagineria religiosa. Thomas confiesa utilizar muchas veces en sus paisajes simbología procedente de "las sagradas escrituras", sin embargo, aunque la maldad está siempre en los ojos de los que mira, un vistazo un pelín más detallado desvela otros símbolos propios de la cara perversa del arte pop tales como ese Pinocho que de repente asoma entre las arboledas de una estampa idílica, que me recuerdan a una conversación entre 2 de los personajes de "la dolce vita" de F. Fellini, que venía a decir algo como esto:
"dicen que el futuro será maravilloso, pero.. como?, si sólo hace falta una llamada de teléfono para anunciar el fin del mundo?...
haría falta vivir fuera de las pasiones. en la armonía de la obra de arte lograda. Solo en este orden encantado seríamos capaces de amarnos".

Dueño de un emporio que ha facturado subproductos tales como "The Thomas Kinkade Cookbook, A Journey of Culinary Memories", o el telefilme navideño "Thomas Kinkade Christmas Cottage", el caso Thomas kinkadepuede recordar también a Bob Ross, otro pintor que a través de unos cursos en vhs, nos enseñaba a pintar "de manera relajada y feliz", aunque la ambición mediática e incluso política latente es sus retratos de "lo feliz" lo acerca de lleno al arte contemporáneo, por encima de exploits posmodernos de su trabajo tales como Jeff Koons
"